AMC transmitió el pasado fin de semana el último episodio de la cuarta temporada de la serie dramática The Walking Dead, una producción basada en el comic creado por Robert Kirkman que narra las desventuras de un grupo de humanos que huyen, en unmundo apocalíptico, de manadas de muertos vivientes.

Andrew Lincoln da vida a Rick Grimes, el personaje principal de la serie que conduce a una comunidad de humanos a Terminus, un santuario que garantiza la salvación de todo aquél que llegue a él con vida. Desde la tercera temporada, los sobrevivientes habían permanecido refugiados en una prisión, atacada por El Gobernador para obtener asilo. Durante la cuarta entrega de la historia, la prisión se ve infestada de zombies y los humanos deben huir en busca de La Estación.

Robert Kirkman le ha concedido a este capítulo de final de temporada una carga de suspenso y terror que ha fascinado a la audiencia. Los productores de la serie habían prometido a los fans un final feliz para esta cuarta jornada, pero la ansiedad y la acción no deja espacio para los sentimentalismos, en un episodio donde todo se torna confuso y nada es lo que parece.

FOX Latinoamérica y FOX España, son algunas de las cadenas de televisión encargadas de retransmitir en lengua hispana la serie estadounidense que emitió su último episodio fuera del país norteamericano la noche del lunes. Muchos consideran este final de temporada como uno de los mejores dentro de la historia del Apocalipsis zombie.

The Walking Dead ofrecerá al público una quinta temporada. Desde el mes de septiembre del año pasado, la quinta entrega de la historia de Kirkman fue aprobada y se tiene previsto que se estrene en octubre de este mismo año. Greg Nicotero explicó a la prensa que para la próxima tanda de capítulos en la serie veremos una considerable evolución de sus personajes, que han perdido parte de su humanidad en la lucha por sobrevivir.

Terminus simbolizará dentro de la serie un refugio muy distinto a lo vislumbrado: los personajes se enfrentan a un mundo sin ley, donde la crueldad humana por la supervivencia convive con la sed de sangre de los caminantes.