La nueva producción discográfica de Lana Del Rey, sumada a sus más recientes declaraciones, han significado para la prensa un coctel interesante en donde se mezclan los excesos, la melancolía, cierto tono surrealista y la sombra de la fama que ha llegado a aplastar a las más grandes e interesantes figuras del espectáculo de la noche a la mañana.

Tras la presentación de Ultraviolence, el tercer álbum de estudio de la cantante estadounidense, la intérprete ofreció una entrevista en Berlín en donde confiesa a la prensa algunas de sus inquietudes, como por ejemplo el tempo lento que caracteriza su nuevo disco, en el que los ritmos y las letras se sincronizan con cierto tono melancólico.

La intérprete de West Coast, que se define a sí misma como alegre aunque su trabajo musical diga lo contrario, ha luchado desde su aparición en la escena musical con los medios. Lana Del Rey, que comienza a vivir con cierta vulnerabilidad los oscuros recovecos de la fama, asegura que a pesar de la alabanza hacia su trabajo siempre hay una crítica o un comentario negativo que se manifiesta subyacente.

Cuando se la ha comparado con otros talentos que hacen caso omiso de los cinismos de la prensa, la intérprete que actuó para Kim Kardashian y Kanye West el día de su boda, no pudo ocultar su fragilidad, en especial por lo que se dice de su familia y de los severos problemas de salud que tuvo que enfrentar en su pasado.